miércoles, 8 de agosto de 2007

2003 - ABM - LOS DESCUBIERTOS SIGUEN MANDANDO



publicado en El Carabobeño, octubre del 2003


¿Y cómo negar que aquí y más allá rige aún el poder de los descubiertos, la conciencia, condición e intereses de los otros, los supuestamente cultos y civilizados? Innegable la permanencia del modelo de sociedad, pensamiento y acción que se pone a andar desde el momento en el cual se produce el mal llamado descubrimiento de América. ¿Acaso hemos ido más allá del credo y la forma de pensar que nos impusieron? A esta hora no ha sido posible el salto hacia la adquisición de una nueva forma de concebir el hombre, la sociedad y la historia de esta latitud. La marca-estigma de ‘encontrado, hallado, percibido y sin cubierta sigue vigente.

AMERICA ¿INVENCIÓN DE EUROPA?

El cambio se ha experimentado en una pequeña parte de la comunidad, pero predominan los valores de quienes se presentan como fundadores de este continente: América, según esta corriente que encabeza O’ Gorman es una creación o invención de Europa. El proyecto, la vida, la sociedad, el habitat en general nace y se desarrolla a partir del momento en el cual España adelanta la empresa descubricionista. Al alcanzar este objetivo, comienza a existir una relación entre propietarios y apropiados. Es la acción invasora que se adueña de todo cuanto aquí existía.

¿EMPRESA CIVILIZATORIA O DE ACUMULACION?

Y no se trata de haber llegado a apropiarse de tierras hasta entonces desconocidas. Lo importante fue echarle mano y poder a los hombres y los frutos naturales de la flor y el propio fondo de la tierra. El oro y la plata están a la cabeza del acto de ‘la acumulación originaria de capital’. En este sentido la sociedad existente es ante todo y sobre todo un asiento de opositores a la empresa civilizadora, evangelizadora y culturizadora. De allí la decisión de acabar a sangre y fuego con este componente’ infamante y vil’ para hacer cada vez más expedito el camino de la libertad y de la nueva y verdadera sociedad.

ANIQUILAR PARA ESTABLECER EL NUEVO MUNDO

Porque de esto se trata: de implantar en estas tierras una verdadera sociedad, constituida por auténticos hombres y no por quienes carecían de ‘alma’ y por tanto no eran humanos. En los espacios que se bautizarán con el nombre de América no habitaba gente. Por ello fue ‘tan necesario como obligado’ proceder a la liquidación de lo existente (con forma de hombres, mujeres y niños), para crear las posibilidades de la conformación de una sociedad que resistiera tal denominación por su esencia, contenido y proyección.

Y es de esta manera como se ‘funda’, inventa un continente que es la continuación y proyección del ‘viejo’ al ‘nuevo mundo’. Una sociedad de los otros. Se despoja a quienes aquí moraban, de toda raíz, de sus propios ancestros. A un lado queda la consideración de una sociedad milenaria sobre la cual recae ahora una partida de nacimiento. Al 12 de octubre de l492 se le asigna la señal del nacimiento de un continente, de una gente, una sociedad.

EL UNICO CONTINENTE DESCUBIERTO

Estamos entonces ante un acto singular que no tiene registro ni antecedente en el orden histórico. Esta es la única tierra-sociedad a la cual la acción invasora, -vieja práctica de todos los tiempos- se le denomina ‘descubrimiento’. Pero es indispensable ir al fondo del fenómeno: esta es la única sociedad creada e inventada en el mundo. Ninguna otra ha pasado por este tipo de vejamen. Todo comenzó con negar la condición de gente para justificar el despojo y el surgimiento de un propietario que traía la luz de la cultura y la civilización. La decisión era terminante: exterminar para crear, a partir de las cenizas una nueva realidad que estuviera totalmente regida y controlada por los nuevos intereses mundiales, constituidos por otras formas de entender el hombre, la sociedad y la historia.

UN EVANGELIO CON 20 MILLONES DE MUERTOS A CUESTA

Y para ello fue puntal la ‘empresa religiosa’ que se constituyó en la plataforma ideológica para la acción usurpadora-criminal, que llevaba como cometido cumplir con la más grande acumulación. Y la Santa Iglesia dio el mejor de los pretextos para que la acción de sometimiento avanzara. La consigna establecida, según testimonio de Depons, fue muy clara: ‘Hazte cristiano, o muere’. Por ello la institución contribuyó expresamente a la eliminación de quienes no eran portadores de alma y, en consecuencia, carentes de toda condición humana.

Tan criminal fue el Estado de la lanza como el portador de la cruz, el credo y los mandamientos que invierten en este caso el No Matarás. Y no fue sino hasta el reinado del Papa Clemente cuando se produce la reconsideración que hizo posible entender y admitir que ‘los naturales tenían alma y se les podía conceder la condición de gente’. Desde entonces actúa la compasión como mensaje para los débiles e inferiores. En el camino quedaron por lo menos 20 millones de seres humanos en lo que puede calificarse como el mayor genocidio de la historia de esto que se denomina humanidad.

¡NADIE DESCUBRE A NADIE!

Y ante este cometido criminal, ¿Qué mensaje exhibir? En realidad hasta hace muy poco tiempo, en forma unánime, se aludió al tal descubrimiento de América y a la existencia de unos tales descubiertos. Esto comienza a cambiar, aunque en forma muy lenta, con la aparición de la tesis de los No Descubiertos, elaborada por El Centro de Estudios de Historia Actual y la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, que en forma espontánea se convierte en un movimiento que adversa el viejo credo descubricionista y que ha levantado y hecho sentir los postulados de la posición anti-descubrimiento.

Parte esta posición de la idea de que no hay sociedades descubiertas ni descubridoras. Simplemente hay sociedades. Y nunca nadie podrá demostrar que es posible o viable descubrir gente o lugares. El propio conocimiento de la pólvora, la penicilina o la ley de la gravedad no se pueden confundir con descubrimientos.

El conocimiento, salvo posición interesada, no se puede confundir con descubrimiento y apunta hacia cuestiones concretas: ahora se sabe sobre aquello que antes se ignoraba. Que a partir de 1492 España tuviese conocimiento de América no puede ser argumento que explique y justifique el tal descubrimiento. Por ello nos hemos empeñado en difundir por todas partes un señalamiento síntesis y que enfrenta la falsa dicotomía de descubridores-descubiertos: ¡ Nadie descubre a Nadie!.

OTRA CONCIENCIA Y OTRA CONDICION

Por ello, el significado fundamental de los No Descubiertos es muy preciso: constituirse en una conciencia y una condición distintas. Arrancarnos el descubrimiento de nuestra conciencia significa el inicio de una nueva forma de entender la vida, el conocimiento y la misión que nos corresponde cumplir en esta sociedad. Sólo podemos adquirir una dimensión humana y social, distinta a la que nos ha sido impuesta, cuando hayamos asimilado de manera plena que pertenecemos a una historia propia y que rescatarla significa la posibilidad de remontar la condición de inferioridad a que fuimos y somos sometidos, en calidad de descubiertos, encontrados, conquistados, colonizados o republicanizados o democratizados por poderes superiores que determinan las leyes que han de regirnos y la forma de vida que hemos de cumplir.

HACIA UNA NUEVA PERSPECTIVA DE LA HISTORIA

Frente a esa historia impuesta es necesario conformar una conciencia y una condición libres de imposiciones, de manipulaciones, de trampas político-ideológicas. El pensamiento propio es el único instrumento que tiene la capacidad necesaria y suficiente para impulsar la creación de una historia diferente a la que nos ha tocado vivir, distinta a aquella que nos ha convocado como piezas, mas no como sujetos a quienes le está encomendada la tarea de construir una realidad a la altura del porvenir. Hasta ahora, en consecuencia, hemos hecho la historia que otros han querido, nunca la que haya sido decidida por nosotros. Y nos hemos declarado hasta dueños de nuestro propio destino. Pero no porque seamos portadores de esta convicción o podamos demostrarlo sino porque esto ha sido una parte importante y permanente del discurso levantado, vendido e impuesto por el descubridor-impostor-invasor que aún se considera dueño hasta de nuestra propia existencia.

HACIA EL DESLINDE NECESARIO

Porque hoy como ayer, prevalecen los valores e intereses de esos descubiertos que han sabido jugar y ejercer la dominación sin darse cuenta que su instrumento ha envejecido y que se ha levantado otro lado, otra corriente, otro polo que apunta, al menos, hacia otra dimensión de pensamiento. Hoy ya se han echado a andar algunas semillas No Descubiertas que comienzan a germinar de manera lenta pero firme. Difícil tarea en medio de la confusión y mediatización. Ser No Descubierto significa no admitir jerarquías de superior e inferior entre los seres, significa establecer un verdadero deslinde con el pensamiento y la acción que sojuzga y no libera, que somete y no otorga libertad, que niega en vez de abrirle cauces al poder creador del hombre.

Significa avanzar en el camino de la conformación de una nueva perspectiva histórica que sitúe el acontecer en su debido lugar, que llame invasión a lo que para muchos es una gesta civilizatoria, que denomine sojuzgamiento a la utilización del colectivo para la conformación del poder de las minorías. Que llame acumulación al reparto desigual y califique de masacre la condena a muerte de millones de seres “descubiertos”, a quienes la llamada civilización les otorgó ‘alma’ pero nunca condiciones para ejercer la vida. Pero, por sobre todas las cosas, significa la acción creadora de desmontar el engaño-trampa descubrionicista, donde quiera que esté, avanzar hacia una nueva concepción de la historia por hacer. ¡Inventar el porvenir!

CONTRIBUIR A NUESTRA CONDICION DE INFERIORES

Y a esta altura se impone la pregunta: ¿Estamos ante un régimen que ha asumido la condición y conciencia de los No Descubiertos o simplemente juega a la novedad para hacerse pasar por innovador y radical? El presidente Chávez eliminó de los calendarios oficiales el 12 de octubre como Día de la Raza y el descubrimiento y en su lugar lo bautizó como el Día de la Resistencia Indígena. Nombre que tendrán que llevar por “decisión democrática” las promociones de bachilleres de este año. ¿Significa esto un avance en el pensamiento oficial, un paso hacia otra perspectiva de la historia de este expaís? Consideramos que estas medidas sólo contribuyen a la confusión y a acentuar la condición de inferiores que aún persiste. Un decreto-imposición nunca será vía idónea para la creación de conciencia histórica.

NO HAY UNA REINTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA

Esta posición no implica –insistimos- simplemente decir y hasta aceptar que no hubo el tal descubrimiento. Lo que cuenta es la captación-asimilación de lo que esto significa en el plano histórico-historiográfico para establecer una verdadera ruptura. Esto debe ser visto con la mayor precisión para evitar posiciones dispuestas para la fabricación de engaños. En el plano historiográfico venezolano, al presente, no se ha avanzado en la reinterpretación del discurso que conduce la información y formación necesarias para la producción del respectivo conocimiento sobre nuestro acontecer pasado, presente y futuro.

EL DERROTADO SIGUE SIN TOMAR LA PALABRA

Somos portadores aún del mismo mensaje que nos entregaron los cronistas enviados por el Estado español con miras a justificar ‘sus hazañas de incalificable crueldad’. Seguimos justificando y explicando la invasión pasada, con lo cual avalamos su extensión y continuidad hasta el día de hoy. Y ni siquiera hemos logrado entender que una sociedad invadida en sus fundamentos, valores y perspectivas no puede construir un destino de libertad. Proseguimos en el hacer de la historia desde la perspectiva del triunfador. El derrotado sigue sin tomar para nada la palabra. Continúa la historia levantada y esparcida por los dueños del conocimiento y el propio poder económico y social.

LA ‘REVOLUCION BOLIVARIANA’ REPRODUCE
LA VIEJA PESADILLA HISTORICA

En el caso de la actual ‘revolución venezolana’, se advierte el más abierto impulso a los viejos y gastados conceptos que llenan nuestra ‘historiografía patria’. En este momento, como en cualquiera otro de nuestro círculo autocrático se echa mano de la necesaria fundamentación de los héroes-caudillos-mesías-libertadores. Tenemos una producción histórico-historiográfica dispuesta para estos fines. Se trata simplemente de utilizarla cada vez con mayor extensión y ‘profundidad’ para vender el actual planteamiento como innovación. En este sentido, la “revolución bolivariana” no es otra cosa que la reproducción de la ‘vieja pesadilla histórica’ que ha hecho de Bolívar una entidad dispuesta para la manipulación y el engaño. Una mercancía a la medida de las necesidades de cualquier demagogo de carretera que requiere una cobertura de genialidad, desprendimiento, patriotismo, valor y trascendencia. Todo esto encuentran los caudillos de la Patria en el ‘Padre de la Patria’.

NO HAY RUPTURA CON EL PASADO HEROICO

Y en esta dirección se impone establecer, que cada uno de esos caudillos se ha considerado como continuador de las hazañas no concluidas en su tiempo. No hay en este caso ninguna ruptura con lo que se ha conocido como ‘tradición’. Se repite hasta la saciedad, los esquemas de los descubiertos que comienzan por alimentar la idolatría al almirante descubridor. Lo que se persigue, es aumentar el espacio y la fuente para la justificación del actual descubridor y libertador. Porque de esto se trata en el caso de nuestros caudillos-héroes-autócratas, una y otra vez se vuelven descubridores y libertadores de acuerdo a las exigencias y circunstancias.
En la actualidad venezolana, no hay ningún tipo de ruptura con ese ‘pasado heroico’. Al contrario, se le alimenta de la manera más perversa.

Pero esta es la manera de confundirse con la comunidad de ‘creadores de la nacionalidad’. Por eso se lleva al Panteón, en un acto de “justicia” a los mismos héroes, a Guacaipuro y a Antonio Guzmán Blanco. No hay entonces ningún paso adelante respecto a sembrar en el colectivo social una manera distinta a concebir y realizar la historia. Prosigue y se alimenta el ‘viejo baratillo de historia’ al cual hace alusión reiteradamente Enrique Bernardo Núñez. Un baratillo que ha servido a los más perversos intereses del ‘republicanismo y el democraticismo’. Una manera de mantener con vida la propia esencia de la dominación vestida de descubrimiento, civilización, cultura o libertad.

LA SIMULACIÓN: ARMA DE LOS INVASORES

Por ello hoy se pretende exhibir una “nueva historia”, reproductora de ‘toda la resaca del pasado’ a la cual se le aplica el mote de “Revolución Bolivariana”. Y de allí nacen gruesas y graves simulaciones para hacerse aparecer como nuevos agentes de la historia. En este sentido se llega hasta el punto de crear instrumentos que se exhiben y manejan como avances en el terreno histórico, como el caso del decreto oficial mediante el cual el 12 de octubre conocido por ‘la tradición’ como día del descubrimiento, de la raza, la hispanidad, del encuentro entre dos mundos, del hallazgo, se le bautice ahora como Día de la Resistencia Aborigen. Esta es la mejor demostración de que no se ha llegado a la posición de los No Descubiertos sino que se utiliza esa creación con fines político-politiqueros.

HACIA EL DESLINDE ENTRE DESCUBIERTOS
Y NO DESCUBIERTOS

Para el 21/10/82 ya publicábamos en El Nacional un artículo titulado: ¡Día de la masacre aborigen! Un material que contiene puntos de vista que superamos en días posteriores hasta llegar a la posición, conciencia y organización de los No Descubiertos. A la hora de escribirlo estábamos tras la búsqueda de una nueva denominación para la fecha del descubrimiento, pero aún no alcanzábamos tocar del todo el fondo histórico-ideológico-político-humano. No se trata sólo de enfrentar el genocidio, ‘la masacre aborigen’ sino de ir a la negación de lo que hasta ese momento se nos había vendido como descubrimiento de América. Y al dar ese salto tocamos tanto la nueva conciencia y condición histórica como el plano historiográfico en el cual en alguna medida se produce una escisión que apunta hacia la necesaria e inevitable ruptura entre descubiertos y No Descubiertos. Imposible detener el avance de esta conciencia y condición que no admite descubridores ni descubiertos. abm333@gmail.com


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1992 - MANIFIESTO DE LOS NO DESCUBIERTOS




Para continuar la discusión sobre
la condición y la conciencia requeridas
para crear un verdadero país




Somos el viento que registra y asume el tormento del hombre masacrado por el invasor. La señal de un tiempo que impone la continuación de una lucha que es nuestra, como nuestra es esta tierra que habitamos, aunque tenga por ahora otros dueños.

Somos la lanza que dibuja en el aire el arco de una historia milenaria, la cima de la piedra que mira hacia el solsticio, el rito de la primavera, convocando el nacimiento de la vida.

Nuestros son los sueños que se levantaron sobre este continente con nombre de lluvia y sonoridad de cascada. Nuestro el trabajo, el fruto y el telar.

Nuestros los caminos que conducen a las constelaciones, en las que nuestros antepasados leyeron los signos de las cosechas y de la vida. Nuestras, aunque arrebatadas, apropiadas y destruidas las voces, el canto y el amor del habitante que levantó la guerra ante el invasor.

¡Nadie descubre a Nadie! No hay sociedades cubiertas ni descubiertas. Somos vida que se hizo río fértil y sonoro sobre estas tierras, hasta que llegaron los asesinos con sus instrumentos de muerte a sembrar desolación y ruina, donde antes florecían sonrisas sobre los rostros.

Desde entonces quedó planteada la querella, los términos de un combate entre los supuestos descubridores y los No Descubiertos, entre invasores e invadidos, entre domesticadores y quienes se han negado a ser domesticados. Ellos son los No Descubiertos, quienes resisten, quienes no se entregan ni dan tregua, a pesar de todas las derrotas. Quienes han guardado el canto ritual de las consagraciones en las embarcaciones de la libertad.

Los No Descubiertos, una conciencia y una condición diferentes. Porque somos la otra cara de la historia, la historia anónima y colectiva que escriben los pueblos, a pesar de las minorías que los rigen y los dominan, la historia luminosa de la resistencia, más allá de toda muerte impuesta, toda masacre ejercida. La historia de los No Descubiertos.

Tenemos la fuerza de los ríos, el vigor de los bosques, la templanza del maguey, la ilusión de la siempreviva y todas las lecciones que los dioses antiguos dejaron sobre las piedras. Y nos toca hacer trabajo de artesanía, oficio floricultor, tarea de enjambre y de panal, para reconstituir la vida que nos fue quebrada, y recomenzar los tiempos de cosecha y los días de maíz.

Nos toca a los No Descubiertos aglutinar la rebeldía, sembrar caramelos de amor en las luces de los ríos y echar a andar los días de las risas y el combate. Ellos tienen la propiedad de quinientos años de infamia y nosotros el infinito de la vida que resucita cada día sobre la ilusión de los hombres. Ellos tienen la autoría del crimen, nosotros la razón histórica que se vuelve pedernal.

Ellos tienen la mordaza y nosotros el canto. Ellos tienen su cultura y su ciencia descubierta para domesticarnos y nosotros el mágico talismán de una palabra hecha de alas de pájaros, de piedras de jade, que algún día emergerán de la tierra, del viento y de las aguas, escribiendo en el corazón de los hombres las señales de la vida que habrán de instalarse en estas tierras como bienes colectivos.

No han bastado quinientos años para borrar los vestigios de las ansias alfareras que se anidan en el pecho de los No Descubiertos. No han bastado los descubridores de ayer ni los criminales de hoy, para acallar el sueño de justicia, el anhelo de redención, la decisión de hacer la historia que se aposenta en los pueblos.

No ha bastado ni bastará la represión, la domesticación, la apropiación para silenciar el canto y la copla, la cuerda que se tensa en el aire ni el repique del tambor que anuncia los tiempos nuevos. Ni la cruzada evangelizadora de ayer, ni los propósitos de los descubridores de hoy, logran borrar las huellas del hombre de estas tierras de la faz de este continente usurpado.

Tenemos sólo la piedra y el canto frente a las armas de fuego y el poder de las minorías. Pero somos los más. Y somos muchos y somos fuertes y somos recios. Y llevamos grabadas en el corazón las antiguas y nuevas invocaciones, estirpe jirajara, goajira, pemón, arahuaca, caribe o timotocuica, las lecciones de los gayones, los guaiqueríes o los yupkas, el horizonte de los tepuyes, el sol de las tierras llanas, y el canto de neblinas que se posa sobre los páramos. Tenemos el relámpago, el fogón aún sin encender, la leña aguardando su tiempo de fuego, los sueños recogidos en un haz.

Proponemos un deslinde necesario y asumimos un compromiso ineludible: el del cambio que nos lleve a hacer causa común con quienes reclaman hoy los mismos derechos que disfrutan los llamados descubridores-invasores. No podemos ni nos acordaremos nunca con los conquistadores y colonizadores actuales, que propician el reparto desigual, la injusticia, la muerte y la autodestrucción.

No transigimos con la mentira, la trampa ideológica, la demagogia, el fraude histórico, las razones de los ‘descubiertos’.

Buscamos las raíces para encontrar la verdad y la historia que corresponde a los pueblos, a sus luchas, sus combates, sus derrotas, para convertirlas en victorias. Vamos más allá de las mentiras oficiales para advertir la inmensidad de la destrucción y la infinita posibilidad que tienen los pueblos de levantarse sobre los reveses, en sus anhelos de ser alfareros y constructores de un tiempo distinto. De ser cantores del porvenir.

El cuestionamiento que adelantan los No Descubiertos, va a ritmo de escalada, o a nivel subterráneo, convocando rebeldías inéditas, llamando a la organización de los poderes creadores. Empresa paciente y silenciosa, que a pesar de los obstáculos, va abriendo cauce y brecha en la historia descubierta.

De allí la fuerza inagotable, presente en cada insurrección contenida, en la decisión de los pueblos por conservar su estirpe verdadera de flor y canto para convocar, en esta hora de los No Descubiertos, a la creación de una sociedad de justicia, belleza y amor, que sea la base del país que estamos obligados a construir.




Cátedra “Pío Tamayo” / Centro de Estudios deHistoria Actual / 1992.
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